miércoles, 9 de febrero de 2011

Olika

Viajar es una manera de aprender alucinante. Me paro a pensar y de un día a otro, te puedes encontrar en lugares totalmente opuestos, con distintas maneras de disfrutar de la vida, de cocinar, de relacionarse y también con diferencias físicas bastante importantes.

En España parace que todo se convierte por naturaleza en fuerza y pasión. El tiempo pasa sin casi rozarte y todo es muy intenso. Sin embargo en Suecia, por lo menos en el norte, es todo lo contrario, tranquilidad y paciencia. El tiempo se convierte en tu aliado y te permite tomar decisiones meditadas. Para mí, es genial conocerme en las dos situaciones y así poder disfrutar y valorar al máximo el encanto de cada lugar. Al final creo que lo que nos falta a unos les sobra a otros y viceversa. Yo intentaré quedarme con una fusión de fuerza y paciencia.

1 comentarios:

Vunne dijo...

Estoy de acuerdo, España con su clima y su gente invitan a no parar nunca y alargamos muchísimo los días. Nuestros domingos sí que son días de descanso merecido :P

A mí lo que me gusta mucho es intercalar lugares. Me gusta salir de España para salir de la rutina. Cuando he vivido en otro país cada día era diferente y eso me encanta :)

Por cierto, allí en Suecia no cierran los domingos si no es fiesta, verdad?

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