Llegó el momento de hablaros del Surströmming. Ahora que por fin lo hemos probado de la manera tradicional y con suecos de por medio ya podemos contaros nuestra experiencia con todas las de la ley. El Surströmming es una delicatessen sobre todo del norte de Suecia y es, nada más y nada menos que arenque fermentado ¿suena bien eh?. Ningún sueco del norte que se precie habla mal del Surströmming, ni siquiera los que no lo aprecian. Comer y disfrutar del arenque fermentado es la prueba de que eres un verdadero vikingo.
Para comer este "manjar" hay que seguir una serie de reglas, y de no hacerlo podrás hacer que tú y tu hogar oláis como
la señora basura. Tanto que nos advirtieron del mal olor que estábamos asustados pero a la vez muy curiosos, aunque yo he de decir que tenía miedo después de ver a
Big Steve abriendo la lata sin que nadie le dijera como hacerlo, en el minuto 1:30 podéis haceros una idea de lo agradable que es.
La lata siempre, siempre tiene que abrirse en el exterior, de otra manera el olor permanecerá en la casa hasta una semana. Si no tienes mucha maña, metes la lata en una bolsa y la abres allí, por precaución a posibles salpicaduras o se abre la lata sumergida en agua (a los suecos no les hace mucha gracia esa idea). Cuando llegó el momento de la apertura nuestras caras eran un poema, pero la verdad es que no olía tan mal. Hasta que de repente la brisa vino hacia nosotros y flipamos. He de decir que huele a podrido, muy mal. Después, también hay que reconocer, que una vez limpio, sin el agua y sin la lata, ya no es para tanto...
Una vez pasada la parte tensa, la preparación es super divertida. Se unta una especie de tostada sueca con mantequilla, se ponen trocitos de patata cocida, también trocitos de cebolla, se trocea y se coloca el Surströmming en partes pequeñitas (hay algunos, como yo, que les gusta con tomate y con cebolla roja, pero NO es tradición) y por último un poquito de eneldo y... ¡a comer!
Está rico, por lo menos es algo que es digno de probar, no nos importaría volver a repetir. Eso sí, cuando el sol acompaña y vas a dar un paseo hay barrios que huelen fatal. Antes de la experiencia decíamos: ¡Puff, las cañerías de por aquí están fatal! pero ahora ya sabemos que el Surströmming está atacando al vecindario. Quien quiera una latita que la vaya pidiendo, aunque corre el rumor que explotan en el avión... No quiero ni pensarlo...