viernes, 30 de noviembre de 2012

Elljusstake

El árbol de navidad en Suecia se decora con luces que, aunque sean eléctricas, han de tener forma de vela. Al menos así es como los suecos dicen que ha de ser. Un problema derivado de este tipo de luces dio lugar a la típica lámpara triangular que ahora hay en navidades prácticamente en cada ventana sueca.

A finales de la década de los treinta Philips introdujo en el mercado las luces eléctricas para el árbol de navidad con forma de vela que, en un país donde el principal material de construcción era la madera, suponían una gran rebaja del riesgo de incendio. Pero muchas de estas luces, diseñadas para funcionar a 120 V, eran devueltas a los pocos días porque se habían estropeado al haber sido utilizadas en zonas rurales, donde la tensión era de 220 V. Oscar Andersson, un joven de 25 años que trabajaba en un almacén de Philips en Göteborg, le pidió a su jefe si podría utilizar esas velas en lugar de tirarlas a la basura. Hizo un pequeño cálculo eléctrico, puso esas velas en un candelabro triangular de madera y lo colocó en la ventana de la casa de sus padres. Exitazo. En 1939 Philips produjo una partida de 2000 de estas lámparas que se agotaron en pocos días. Pero la segunda guerra mundial estaba a la vuelta de la esquina, así que, a pesar del éxito, la producción en masa de esas lámparas tuvo que esperar unos años. A mediados de los noventa se vendían en Suecia un millón de estas lámparas al año, por lo que a Oscar Andersson, que murió en 1996, le dio tiempo a ver como en cada ventana sueca había una de sus lámparas.

La primera asunción que uno hace es que estas velas puedan tener algún significado religioso por su similitud a las velas de Santa Lucía, también típicas. Pero su origen, como vemos, dista mucho de ello. Posiblemente a muchos de vosotros os parecerá una historia con poca chicha, pero a mí me gusta por su componente ingenieril, que ya sabéis que es lo mío. A Saleta simplemente le pareció que quedarían bien y trajo unas a casa, lo cual me llevó a mí a indagar sobre su origen.


La historia la leí aquí y aquí.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Trafikljus tre

Un día os habló Saleta sobre lo que puede pasar si cruzas la calle con el semáforo en rojo. Bueno, realmente solo os habló de los peligros económicos, no de los que afectan a la integridad física. Pues resulta que descubrimos hace poco que la multa solo se la ponen a los ciclistas, porque los peatones pueden cruzar en rojo. Eso sí, bajo su responsabilidad. Si te pasa algo, no le podrás echar la culpa al coche, pero no hay nada en la legislación sueca que diga que se ha de multar a un peatón por cruzar con el semáforo en rojo. Si esto lo añadimos a que hasta hace muy poco no había obligación de que los vehículos parasen en los pasos de cebra sin semáforo, ya tienes el lío montado. No sé cómo se aclaran, pero lo hacen. Estaría bien quizá que algún día intentase recopilar información sobre siniestralidad y hacer una comparativa con España. Algún día. Hoy no será, que es lunes.


Foto Södermalm Rockabilly Creative commons Karl Gunnarsson

lunes, 19 de noviembre de 2012

En tur i flyg

¿Os acordáis del Skellefteå Air Show? Pues por casualidad me encontré con este vídeo de uno de los participantes en la edición de este año, la misma en la que estuvimos nosotros. Es un vídeo a bordo de una de las avionetas, concretamente una Slingsby T67 Firefly, mientras hace un vuelo bastante calmado sobre la zona de Falmark, donde está el aeropuerto, a 20 km de la ciudad. Podemos disfrutar de las espectaculares vistas que muestran muy bien la cantidad de bosque y lagos que hay por aquí.

A propósito ¿Os atreveríais a subir a una de estas? Yo no sé, creo que me daría bastante cosa, pero probablemente no podría decir que no si alguien me lo ofreciese. Y ahora que lo pienso, tampoco sé si me quiero ver en la situación de elegir. Es de estas cosas que mi impulso primario es decir que no, pero que si no lo hiciera no me lo podría perdonar.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Svensk mil

Puede que si habéis hablado con algún sueco os haya surgido la duda de si aquí utilizan sistema métrico decimal o anglosajón. A mí me pasó, porque enseguida mezclan metros (y decímetros, que les gusta mucho utilizar esta unidad) con millas y te descolocan. Pero esta milla es básicamente, una unidad de medida que noruegos y suecos se sacaron de la manga.

La milla sueca o escandinava es una unidad de medida utilizada sobre todo en Suecia y Noruega. Su origen está en una antigua unidad de longitud llamada rast (descanso) que equivalía a la distancia adecuada para ser recorrida a pie en el bosque entre descansos. Esta distancia dio lugar luego a la milla terrestre, que difería un poco entre Noruega (11,3 km) y Suecia (10,7 km). Y de ahí, al redondeo actual adaptado al sistema decimal por el que una milla sueca equivale a 10km. Todo esto según la wikipedia.

Esta unidad nunca se utilizó de manera oficial, pero sí se usa mucho coloquialmente. Por supuesto, la antigua milla sueca sí era utilizada y todavía en algunos lugares se pueden ver viejos hitos como el de la foto.


Foto Creative commons Kjell Eson

jueves, 8 de noviembre de 2012

Vattenkokare

Al fin nos hemos comprado un calentador de agua. En toda casa sueca que se precie, yo creo que en todas y cada una de ellas, hay un vattenkokare (nosotros ya hemos adoptado esta palabra, como tantas otras, por ejemplo pengar (dinero)).

De toda la vida pensamos que teniendo microondas no nos hacía falta ni de broma otro aparato en casa, pero con el paso del tiempo, y con la de tés que se hacen en este país, nos hemos dado cuenta de que es una herramienta imprescindible en Suecia. La verdad es que estamos encantados desde que entró en casa, no solo para el té, también para cocinar... Yo solo digo:  !Pon una vattenkokare en tu vida! además verde ¡qué maja!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Fällfors

Cuando este verano os hablé de Marranäsvältan os dije que os hablaría un poco más de aquella zona, Fällfors, pero luego una cosa lleva a la otra y se fue retrasando. Hasta hoy. Pues bien, resulta que allí hay un centro de conducción (Skellefteå driving center) en las mismas pistas que antes pertenecían a un aeropuerto militar alrededor del cual había una importante base permanente. Hoy en día la zona ya no tiene uso militar, pero todavía hay zonas donde la carretera es anormalmente ancha. Dicen que para que pudieran aterrizar aviones en caso de emergencia. Es bastante peculiar circular por allí. Además al parecer sigue habiendo antiguos polvorines y galerías subterráneas.

Pero, como no tenemos ninguna foto de eso y ya sabéis que los post sin foto no nos gustan nada, os tengo que hablar de alguna otra cosa que haya por allí. Y como aquí están todos locos con la pesca, hacen cosas como el remonte de Fällfors, a un par de kilómetros del antiguo aeropuerto. Esa es una zona de rápidos en el río Byske, dicen que uno de los mejores de Suecia para la pesca de salmón, por la que cientos de ellos remontan cada verano. Pues qué mejor que convertir la zona de remonte en un observatorio. Lástima para nosotros, no pasamos por allí en el mejor momento para verlos. Pero sí que os podemos decir que el pueblo es un lugar muy agradable para pasar un par de días tranquilamente en medio del rural del norte de Suecia. Y como ya sabéis que aquí la tienda de campaña se puede plantar en cualquier lado, qué más se puede pedir.

Os dejamos un par de fotos más en este álbum.


jueves, 1 de noviembre de 2012

Skorna

Lo de los zapatos en Suecia es muy especial. Siempre, siempre has de sacártelos al entrar en tu casa o en la de cualquiera. En España yo creo que sería un poco raro que invitaras a alguien a cenar, que se sacara los zapatos en la puerta y entrara en calcetines ¿no?, sobre todo si hay una madre cerca que diga:  ¡Ponte algo en esos pies, que vas a coger frío! A mí me resulta una costumbre muy cómoda a la vez que limpia, y además como las casas siempre mantienen en una temperatura perfecta no se te enfrían lo pies. La única desventaja que se me ocurre es que los calcetines tiene que estar perfectos y eso no siempre es del todo posible...

Aunque pensaba que el tema zapatos lo tenía totalmente asumido, hoy me he llevado una sorpresa. He ido a un gimnasio nuevo para probar unas clases a las que me habían invitado. Es un gimnasio grande y por lo que tengo entendido uno de los mejores de la ciudad. Pues bien, nada más abrir la puerta me encuentro con, al menos, 200 pares de zapatos. Unos esparcidos por el suelo, también en zapateros  y otros colgados en bolsas ¿no es un poco demasiado? ¿no hay vestuarios? Ya he ido a varios gimnasios y por supuesto que los zapatos se dejaban en la puerta del vestuario, pero ¿dejarlos en la entrada, nada más llegar? ¿con un montón de pares donde nadie te asegura que volverás a ver el tuyo? Bueno señores... esto es Suecia, bueno Skellefteå. Tranquilidad, confianza y eso sí, pies descalzos.


Foto Creative commons Niklas Hellerstedt